Hace unos 13 años, antes de
terminar los estudios ayudando a mi padre en el bar familiar uno de sus
clientes me dijo: “Fernando, tienes que hacerme el proyecto de mi vivienda”,
contestándole yo que aún no había acabado y que no era posible; aunque me hacía
mucha ilusión. Su respuesta fue
contundente: “te espero hasta que termines la carrera, con una condición, que
mi proyecto sea el primero que hagas”. Evidentemente no cabía en mi de alegría,
sabía que tenía mi primer proyecto sin haber terminado la carrera.
Cuando terminé, después de mi
familia, la primera persona que supo que había terminado mi carrera fue él. Por
tanto nos pusimos a trabajar.
Tanto Luis como Elena proponían
una vivienda unifamiliar dúplex con tres dormitorios, los cuales pasaron a 4
una vez estudiadas sus necesidades.
Como premisa fundamental querían
que fuese una casa fundamentalmente cómoda, indicando claramente que el tamaño
no debería ser demasiado grande; ambos trabajaban fuera de casa y necesitaban
que el mantenimiento de la misma fuese rápido y cómodo.
Se les plantearon opciones
iniciales en las cuales se disponía de la típica distribución en tres crujías,
encontrándose la escalera en la parte central. Visto por los promotores,
indicaban que querían algo distinto, algo que tuviese iluminación natural en
todos los espacios.
Viendo disposiciones clásicas de
distribución optamos por la distribución en forma de L. Así nos permitió jugar
con el patio interior de la vivienda; patio que organizaba todos los espacios
vivideros. Así una vez retranqueado el edificio principal disponíamos de
iluminación y ventilación natural a todos los espacios.
La cocina-comedor se disponía
cerca de la calle; pudiendo así gestionar el acceso a la vivienda.
El salón por privacidad se
disponía en la parte posterior de la vivienda, estando los espacios de aseo y
escaleras como espacios colchón entre ambos espacios.
La vivienda por tanto se
distribuyó como zona de día y noche; estando la de día en planta baja y la de
noche en planta primera.
Una vez accedida a planta primera
a través de la escalera adosada a medianera y a través de un pasillo
distribuidor accedemos a todos los dormitorios, los cuales estás dos de ellos
ventilados e iluminados a la parte posterior y los otros dos hacia los patio
lateral y delantero respectivamente.
La obra, se desarrolló con total
normalidad, se eligió el tipo de carpintería acorde a gustos de la propiedad,
siempre y cuando cumpliesen con los parámetros mínimamente establecidos por proyecto.
Fue un auténtico placer trabajar con estos clientes, a los cuales agradezco
enormemente el arranque de una carrera que tantos buenos momentos me ha
aportado.
Sólo queda decir gracias Luis y
Elena.